FIN DE SEMANA ROMÁNTICO
PROMOCIÓN PRIMAVERA 2010
$ 1800
Alojamiento para dos personas, actividades con los Caballos Peruanos de Paso, con desayuno, almuerzo y cena.
21 de Septiembre: 1 vino de la casa de Regalo por pareja
De fondo, las laderas orientales de las Sierras Grandes chocan con la vista. La arquitectura del casco, de refinado aire colonial y tintes jesuíticos, acompaña las líneas de un paisaje se que percibe majestuoso. El ambiente ecuestre imprime al lugar con su particular encanto y todo es perfección.
Todo se ha dispuesto dispuesto para una distendida hospitalidad. Las habitaciones han sido delicadamente decoradas con muebles antiguos y detalles rústicos; todas tienen calefacción individual y baños privados.
Hay espacios comunes con servicios de TV y video, biblioteca, dos comedores y espacios de encuentro y juegos.
La pista de alistamiento de los caballos se funde en el mismo paisaje del parque, entre preciosos miradores que ofician de centinela a la piscina, la cancha de tenis y de golf.
La gastronomía otorga carácter al lugar desde las horas matutinas, cuando las suaves brisas de las sierras brindan al huésped una ocasión más de disfrute y placer.
La moderna cocina de autor de un chef que privilegia en el abastecimiento las materias primas frescas del valle se funde con criterios culinarios locales, logrando resultados interesantes. Una selecta cava de vinos nacionales pone el broche de oro a cada comida.
El casco, de generosas galerías y jardines que limitan con la serranía, dispensa un alojamiento privilegiado en estadías donde compartir las tareas de adiestramiento que se infunde a los caballos.
El quincho tiene su propia vida. Además de presagiar excelentes asados, es un espacio muy usado por su amplitud y cálida ambientación. Allí transcurren agradables momentos, especialmente en su galería, que es la mejor tribuna para admirar el trabajo de los jinetes en una escena de estupenda serranía.
No hay en Argentina donde se pueda vivir de una manera más íntima el mundo del caballo peruano de paso. En Haras Ampascachi todo gira alrededor de esta fascinante raza. Las habitaciones llevan los nombres de los ejemplares predilectos y las jornadas se estructuran según marquen las horas del laborioso cuidado que depara la tropilla.
La estampa gaucha se confunde con el encanto de los caballos y define la personalidad, los rasgos más particulares de este sitio con acentos arquitectónicos coloniales y jesuíticos.
Aquí se pueden aprender las técnicas específicas para montar un Caballo Peruano de Paso. Hay personal entrenado para ello y es recomendable para poder experimentar y disfrutar a pleno el confortable andar de la raza en un entorno natural de gran belleza. Hay cabalgatas especialmente diseñadas para personas que recién se inician en esta apasionante actividad al aire libre.
Los jinetes más avanzados sabrán valorar las cabalgatas de alta gama. Entre estas sobresale la ruta a caballo a la Estancia Jesuítica La Candelaria, Patrimonio Cultural de la Humanidad Unesco. También la Cabalgata a Pampas de Achala.
Las cabalgatas en estrella son una excelente opción para no alejarse demasiado de la estancias, teniendo esta siempre de base.
Desde Ampascachi se pueden realizar excursiones guiadas por la zona, rica en bellezas naturales, museos, centros arqueológicos y estancias jesuíticas que son Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En la zona es posible adquirir variadas artesanías, especialmente de cerámica, tejidos y cestería. Destacan los trabajos en cuero y madera a la vez que se recomienda visitar el Encuentro Nacional de Escultores que ocupa, cada enero, el calendario del pueblo.
Quienes gusten del golf podrán acceder gratuitamente al reconocido campo del Golf Club La Quebrada, de 7 hoyos, al cual se tiene acceso directo desde el parque.
Traslasierra es una zona de ríos apacibles, de aguas transparentes y finas arenas ideales para tomar agradables baños. Es posible remontar la montaña y encontrar sitios para la pesca de trucha. Las Altas Cumbres son también propicias para el birdwatching, particularmente para quienes deseen conocer el majestuoso vuelo del cóndor andino.
De regreso en la casa, los huéspedes de Ampascachi podrán compartir un momento en la cocina aprendiendo sobre las técnicas que utiliza el chef para la producción de sus menús.
Se podrá volver a casa con la receta de alguna dulzura o de un plato típico. La noche, seguramente, teñirá su encanto con una fogata bajo las estrellas matizando un momento de música folklórica.
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